La electroestimulación (EENM) se ha manifestado muy eficaz en el aumento de fuerza, potencia y volumen muscular. ¿Podrá con la grasa?

Los rápidos y eficaces aumentos de fuerza que proporciona la EENM los confirman las investigaciones. Desde Kots (1970), primero en aplicar EENM como complemento del entrenamiento, pasando por Lanzani, A. (2.000) quien apuntaba: Procedente del mundo de la medicina deportiva, la EEM ha entrado con facilidad en el campo puramente deportivo y se ha integrado como parte del entrenamiento. La acción linfodrenante que toda contracción muscular produce, en este caso inducida por la EEM, así como la acción vasodilatadora que ocasiona la corriente, ha centrado la atención también de la estética en la EEM. Estos son dos de los motivos que han contribuido a difundir la EEM. Actualmente la EEM puede ser considerada como una práctica de auto entrenamiento o una práctica de tratamiento estético desvinculada del control médico. Llegando hasta investigaciones más recientes, todas confirman su interés en el aumento de fuerza. Filipovic A. et al., (2012) en su publicación Electroestimulation a systematic review of the effects of diferent electromyostimulation methods on selected strength parameters in trained and elite athletes confirma las ganancias significativas en Fmax isométrica + 58.8%. Fmax dinámica + 79.5%. Fuerza de velocidad Mmax. isocinética excéntrica + 37.1%. FMmax isocinética concéntrica + 41.3%. Tasa de desarrollo de la fuerza + 74%. Impulso de la fuerza + 29% vmax + 19%. Potencia + 67%. Apunta como el desarrollo de estos parámetros incrementa la altura del salto vertical hasta en un + 25% Salto de sentadilla + 21.4%. Salto de contramovimiento + 19.2%. Salto de caída + 12% y confirma que mejora los tiempos de sprint hasta un -4.8% en atletas entrenados y de élite.

Todo ello, siempre y cuando las intensidades sean máximas desde el inicio de la sesión como indica F. Aprile – F. Perissinotti, 2001 y como hago yo en el video.

¿Y PARA DISMINUIR EL % DE GRASA?

Conviene acudir a las investigaciones y las primeras al respecto las iniciamos en Porto. Fueron fruto de lecturas sobre aumento del riego sanguíneo con EENM de M. Zicot, P. Rigaux, (1995). En ella mostraban como aumentaba el riego sanguíneo en siete voluntarios sometidos a EENM de los nervios ciáticos popliteos interno y externo. Concluían que aumentaba el flujo arterial femural entre un 181 a un 271% del valor basal.

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